El proceso de pensamiento de diseño suele estructurarse en varias etapas, como la empatía (comprender las necesidades de los usuarios), la definición (aclarar el problema que hay que resolver), la ideación (generar ideas), la creación de prototipos (construir soluciones concretas) y las pruebas (evaluar los prototipos con los usuarios para obtener su opinión). Estas fases pueden ser iterativas, lo que permite a los equipos revisar y perfeccionar sus soluciones a la luz de los comentarios recibidos.

El enfoque del pensamiento de diseño se utiliza ampliamente en muchos campos, como el desarrollo de productos, el diseño de servicios, la resolución de problemas complejos y la innovación en general. Fomenta el pensamiento creativo y orientado al usuario para encontrar soluciones que satisfagan realmente las necesidades de las personas implicadas.